
Y excepto que cierres tus ojos y relajes tu mente, excepto que tu corazón, tu cuerpo, tu mente se sincronicen en armonía, en un profundo acuerdo, no serás capaz de escuchar la pequeña voz que hay dentro tuyo.
Y esa voz, no es la voz de ningún otro, es tu propia voz.
Y recuerda: solo la verdad que es tuya libera.
La verdad de cualquier otro siempre se torna un límite.
Osho