La quietud es vital para el mundo del alma.
Si la adquieres a medida que envejeces, descubrirás que puede ser una gran compañera.
Los fragmentos de tu vida tendrán tiempo para unirse, los lugares donde tu alma protectora está herida o rota podrán curarse o juntarse.
Podrás volver a tu yo.
En esta quietud podrás conversar con tu alma.
Muchas personas se pasan por alto a sí mismas durante el trayecto de su vida.
Conocen a otras personas, lugares, destreza, trabajos, pero lo trágico es que jamás se conocen a sí mismas.
La vejez puede ser un hermoso momento para conocerte, acaso por primera vez.
T. S Eliot dijo que:
"El fin de toda nuestra exploración
será llegar al lugar de donde partimos
y conocerlo por primera vez."
Si la adquieres a medida que envejeces, descubrirás que puede ser una gran compañera.
Los fragmentos de tu vida tendrán tiempo para unirse, los lugares donde tu alma protectora está herida o rota podrán curarse o juntarse.
Podrás volver a tu yo.
En esta quietud podrás conversar con tu alma.
Muchas personas se pasan por alto a sí mismas durante el trayecto de su vida.
Conocen a otras personas, lugares, destreza, trabajos, pero lo trágico es que jamás se conocen a sí mismas.
La vejez puede ser un hermoso momento para conocerte, acaso por primera vez.
T. S Eliot dijo que:
"El fin de toda nuestra exploración
será llegar al lugar de donde partimos
y conocerlo por primera vez."
John O' Donohue