He vuelto a ser un niño que mira el mundo con asombro.
Cada día siento más esta calma interna, esta paz, esta ganas de dar amor.
Aunque enterarme que amigas de blog que quiero mucho, se "alejan por un tiempo", hizo que me cuestionara si seguía o nó y algo parecido a un vendaval me hizo tambalear.
Le comentaba a una amiga que mi sensación es que me he pasado la vida tejiendo " mi malla", como dice Alimontero, y que cada amigo que pierdo, es como si se fueran haciendo agujeros en ella, uno, otro, otro, tantos que tengo miedo de hacer agua.
Y bueno, aquí estoy, posiblemente yo también publique menos, pero he podido reflexionarlo, pensarlo y decidir "maduramente".
Les dejo una bellas palabras de Osho:
Hay una gran diferencia entre madurar y envejecer, una enorme diferencia, y la gente siempre se equivoca.
Creen que envejecer es madurar, pero el envejecimiento pertenece al cuerpo.
Todo el mundo envejece, pero no necesariamente madura.
La madurez es un crecimiento interior.
El envejecimiento no es algo que tú haces, sino algo que sucede físicamente
Con el tiempo, cada niño que nace se hará viejo.
La madurez es volver a nacer, es un nacimiento espiritual.
Vuelves a nacer, vuelves a ser niño.
Empiezas a ver la existencia con nuevos ojos.
Te diriges a la vida con amor en el corazón.
Vas hasta el fondo de tu ser con silencio e inocencia.