Con gran dificultad y avanzando de un milímetro por año, tallo un camino en la piedra.
Durante milenios he gastado mis dientes y roto mis uñas para llegar allí, al otro lado, a la luz y el aire libre
Y ahora que mis manos sangran y mis dientes tiemblan, inseguro en una cueva, doblegado por la sed y el polvo, me detengo a contemplar mi obra.
He pasado la segunda parte de mi vida, quebrando las piedras, taladrando los muros, derribando las puertas, quitando los obstáculos que coloqué entre la LUZ Y YO, en la primera parte de mi vida.
Octavio Paz
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Hace 4 horas
3 comentarios:
Que bonito ¡
A veces cuesta, pero poquito a poco se puede.
¡Abrazos!
Silvia, ves que he tardado pero sigo disfrutando de las sabias entradas de tu blog fruto de sabios autores, sin duda, ellos te reflejan
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