27 ago 2009

SOMOS ESPEJOS ROTOS


No hay Big Bang. Somos Big Bang
Fuimos un átomo- universo sin fronteras.
Pasamos luego a irnos fragmentando en el claustro materno.
Y ahora, hechos ya catedral de espejos en los que sólo podemos vernos a nosotros mismos, la percepción dual nos va alejando más y más a unos de otros.
O sea, no alejamos más y más de nosotros mismos.
Vivimos en la paradoja de una percepción dicotómica que actúa como una noria de espejos.
Giramos, giramos… y creemos avanzar cuando simplemente damos vueltas y vueltas en torno a nuestros propios pensamientos.
Aún cuando, eso sí, unos pensamientos que al fraccionarse y volverse más y más a fraccionar nos da la sensación de que avanzamos.
Sin comprender que nos perseguimos a nosotros mismos.
Y que nuestra acción es inacción.
Saltamos de un fragmento a otro de nuestro propio espejo intentando el imposible de vernos en nuestra totalidad.
Ya no somos ventana.
Nos hemos cerrado a la auténtica luz
Ya no somos capaces de ver el océano en una gota de agua.
Ni el amor en una caricia.
Que, como dijo a su amada alguien que me es muy cercano



“No es verdad que tengamos un alma,
Es el alma quién nos tiene a nosotros.
Tus ojos son oscuros porque oscura es la noche,
Y cuando acaricias, es la caricia la que mueve las manos.
El amor, ese corazón que late en otro corazón,
Es el corazón del mundo que late y es Vida.
Y cuando decimos te amo, ¿quién ama? ¿El amor?
Para mi eres tú, que has hecho del alma del mundo tu alma”



Pero ya no sabemos hacer del alma del mundo nuestra alma.
Ahora vemos en el espejo los mil fragmentos de nuestra alma y creemos haber apresado, aunque sea despedazada, el alma del mundo.
Somos tan sólo esquirlas de nuestro propio Big Bang perceptivo y nos estamos alejando a tanta velocidad de nosotros mismos que tenemos que buscarnos en la voz de un teléfono móvil.
Hemos levantado tantos tabiques que no sabemos ya que en el fragmento vecino al nuestro también estamos nosotros.
Y hablamos de ayer, de hoy, de mañana.
Fragmentos de un hoy que al tiempo es pasado y futuro.
Que nuestro hoy es lo que fuimos y, por ello, seguimos siendo.
Y nuestro futuro es lo que hoy somos y, por ello, seguimos siendo.
Salvo que aceptemos no ser espejo y volvamos a ser ventana, a abrirnos a la Luz.
Que todo es Luz y sólo Luz.
Y la Luz es Amor.
Auténtico Amor.



Joaquín Grau

20 ago 2009

AMOR: EL INGREDIENTE CENTRAL DE UNA RELACION CON PROPOSITO



En el centro de una relación con propósito está el amor.
Pero se trata de algo más que ser capaz de pronunciar las palabras “te amo”, palabras que utilizan personas que se zahieren y maltratan todos los días.
Amor es dar, no tiene nada que ver con lo que se recibe.
Amor es un proceso interior que se aplica a una relación.
La piedra angular de una relación con propósito es el amor, que significa dar.
La mejor definición que he leído jamás de esta forma de amor espiritual es la expresada por J. Krishnamurti en Think on TheseThings:

“El amor es lo más importante de la vida.
Pero que queremos decir cuando decimos "amor"?
Desde luego, no es amor amar a alguien porque esta persona te ama a su vez.
Amar es sentir un inmenso cariño sin pedir nada a cambio.
Podemos ser muy inteligentes, podemos aprobar todos los exámenes, doctorarnos y alcanzar una alta posición, pero si carecemos de esta sensibilidad, de este sentimiento de simple amor, nuestro corazón estará vacío y seremos desdichados durante el resto de nuestra vida.”

Este ingrediente del amor, en el sentido de dar, está en la definición misma del propósito y es el factor último en la creación de relaciones milagrosas.
Incluso en el acto sexual, las relaciones más gratificantes y satisfactorias son aquellas en las que sabemos que estamos dando sin pedir nada a cambio.
Saber que estás satisfaciendo a tu pareja de manera real y auténtica es cuanto se requiere para que una relación sexual sea perfecta.
Cuando nos ponemos a pensar en nosotros mismos o en lo buenos amantes que somos o en lo mucho que nos excitamos, estamos apartándonos del propósito y regresando a los resultados que pueda aportar nuestra actividad sexual.
El amor perfecto cuando se da, carece de magia cuando la mente está atenta a recibir.


Tus zonas Mágicas. W. Dyer

16 ago 2009

CALIDO Y REFULGENTE

Mi querida amiga Luci del Blog Rincón Poético me regaló este canto de amor, escrito por ella hace un tiempo.
Con su permiso, quiero publicarlo porque me parece una maravilla de calidez, de color, de calor y amor.
Gracias Luci, muchísimas gracias!!!


Cálido y refulgente

Pintaré mi piel
del color de la luna...
Pintaré mis ojos
con rayos de sol...
para que sientas mi abrazo
refulgente y cálido.
Cálido como el sol…
Refulgente como la luna…

Y luego… subiré al barco de tu alma,
me perderé en un viaje a tu interior
salpicado de música,
sembrado de flores,
poblado de mariposas de color…
te abrazaré desde adentro.
Refulgente como la luna…
Cálida como el sol…


7 ago 2009

COMO UNA TELA EN BLANCO

La vida no es una filosofía, no es un problema; es un misterio a ser develado.
Tienes que vivirla y no de acuerdo a un cierto patrón de conducta, no de acuerdo a un condicionamiento.
Tienes que empezar de nuevo, desde cero.
Cada individuo debe pensar como si fuese el primero en la tierra, es Adán o Eva.
Entonces es posible abrirse, solo así puedes abrirte a infinitas posibilidades.
Tus condicionamientos funcionan como barreras, entonces la vida nunca llega a ti tal como es, porque antes tiene que encajar con tu manera de pensar, tu religión, tu ideología, y en esa adaptación muere y lo que llega ya no es vida – es tu programa mental.

La vida es en si misma COMO UNA TELA EN BLANCO.

Se convierte en cualquier cosa que pintes en ella, puedes pintar felicidad, puedes pintar infelicidad, puedes dejar que otro la pinte – esta libertad es la gloria del hombre – puedes usar esta libertad de tal forma que tu vida se convierta en un infierno o de tal manera que tu vida se vuelva algo bello, una bendición, felicidad – todo depende de ti – el hombre tiene toda la libertad y esa es su gloria o su desgracia, porque excepto para el hombre todo está programado, observa la naturaleza, la flor tiene que ser flor, el animal tiene que ser animal, el día, día.
Solo el hombre no está programado, tiene libre albedrío.
Así que depende de ti, ser un Buda o un Hitler, puede convertirte en un asesino o en un meditador, puedes transformarte en un magnífico florecer de la conciencia o puedes convertirte en un robot.
Pero recuerda, tu eres el responsable, nadie más que tú.
La vida no es infelicidad, ni felicidad.
La vida es como una tela blanca y cada uno de nosotros tiene que ser verdaderamente un artista para pintarla.


Anónimo