26 abr 2009

LOS INVITO A MI CUMPLEAÑOS


HOY CUMPLO SESENTA!!!

Sí!!! esta soy yo.

Claro, aquí solo tenía nueve años.

Hace muy poco tiempo me encontré con esta foto, y cuando la ví, me impactó hondamente la sonrisa, la paz que trasunta la mirada.

Desde ese entonces, siempre viví con la creencia de que yo no debía parecer una niña felíz

Había dejado mi casa familiar del campo, padres, cinco hermanos, escuela, juegos compartidos, y me había venido a vivir aquí a Buenos Aires, según mamá por voluntad propia, ojitos desorbitados por la inmensidad de la ciudad, sorpresa por cosas materiales que no tenía ni idea que existían, mucho dolor y lágrimas por las noches, por no atreverme a decir que me quería volver.

Hoy, al cumplir sesenta años, oh Dios!!!, cuantas cosas he vivido, dolores, alegrías, desencantos, pero el saldo es totalmente favorable, infinidad de cosas positivas, valiosas, gente que me ama y a quienes amo, salud, una vitalidad enorme, transitando un camino espiritual cada día más profundo, - hoy decía, -recién hoy, descubro que esa paz en la mirada de esa niña que soy yo, esa sonrisa, esa candidez, es porque se había producido mi iniciación, mi iniciación espiritual, que todos la tenemos, quizás algunos no la relacionen con algún hecho determinante de sus vidas, pero a todos les sucede.

Para mi fue en la primera comunión, al poco tiempo de llegar aquí, empezé a estudiar catecismo y un 8 de Diciembre, Día de la Virgen María, recibía por primera vez a Jesús.

Ese día, quedó grabado a fuego en mi mente, en mi corazón, en mi cuerpo, parecía una novia, y aunque nunca me casé, seguro las novias deben sentir la misma emoción, la misma entrega que sentí yo…. me casaba con Dios…. para siempre.

Desde ese momento y hasta el día de hoy, siento y sentí que tenía una misión en la vida, un deseo intenso de dar, de misionar, acompañar, dar mi mano, mi aliento, mi apoyo a quien lo necesite.

Por circunstancias que no viene al caso mencionar ahora, eso nunca fue posible, siempre tuve que darle prioridad al sostenerme emocionalmente, psicológicamente, materialmente.

Muchos de ustedes saben que mi sueño es irme, una vez jubilada, a vivir a algún lugar tranquilo.

A esta altura ya no importa demasiado a que lugar, solo que tenga casas bajas, cielo estrellado, mucha naturaleza, lejos de esta jungla de cemento que me agobia, a cumplir con ese deseo que viene desde niña, sintiendo que ahora sí estoy preparada, que este es el momento, que vuelvo a tener esa sonrisa transparente, esa paz en la mirada.

Pobrísima en dinero, riquísima en amor, paz y tranquilidad, para mí y para darlo a los otros.

Esto seguramente no va a ser mucho más allá de fin de año.

Ya se irán enterando, porque tenerlos ahí, es muy importante para mí.

Dejo todo en manos de Dios.

El sabe lo que hace

Que así sea

Los quiero

Silvia