22 ago 2008

EL PODER Y LA LIBERTAD


Adquirir poder es el gozo interior de saber que la fuerza exterior no es necesaria para estar en armonía con nosotros mismos.
El auténtico poder consiste en rendirse a aquello que hay de amoroso, armonioso y bueno en nosotros y no permitir la presencia de enemigos en nuestra conciencia.
Se trata de una concordancia con el alma, una concordancia que es nuestra razón misma para estar aquí.
El místico hace algo más que citar escrituras, no solo dice “busca primero el reino de Dios”, sino que toda su vida está inmersa en esa búsqueda.
Cuando alcancemos ese estado de bienaventuranza hallaremos un lugar apacible en nuestra mente, y veremos que estamos más activos, más realizados.
Lo esencial es que sepamos que somos completos, que lo tenemos ya todo y que nada exterior a nosotros en el mundo físico puede convertirnos en un ser más completo.
Debemos abandonar el deseo, saber que en nuestro corazón no necesitamos nada y observar luego como las cosas externas van perdiendo importancia en la vida.
No pidamos nada de nadie y practiquemos la aceptación incondicional. Las demandas que hacemos a los demás crean un entorno que nos impide llegar al lugar que intentamos alcanzar dentro de nuestra mente, un lugar de aceptación completa e incondicional de los demás.
No pedir nada de nadie nos da un auténtico sentimiento de libertad.
Siempre que nos sintamos a punto de molestarnos o indignarnos con alguien, debemos detenernos y apropiarnos de estas palabras “No me deben nada. No espero nada de ellos. Los aceptaré sin más, en el punto que se hallan ahora”.
Si vemos a los demás en tanto que regalos, de los que no pedimos nada, tenemos expectativas de todo cuanto aportan a nuestra vida, pero no somos en modo alguno mejor que ellos.
Debemos saber que nuestra vida es un regalo y que el universo no nos debe nada, ni está, en modo alguno obligado a nosotros.

Recuerda: TU PROPOSITO SON EL AMOR Y LA ARMONIA.