9 mar 2009

EL CAMINO HACIA LA LIBERTAD INTERIOR

Un cuento tradicional sueco nos da un atisbo de una fase de ese viaje

Debido a percances sufridos por sus padres, una joven princesa de nombre Aris debe desposarse con un temible dragón.
Cuando el rey y la reina se lo dicen, ella teme por su vida. Pero recuperando la sangre fría, va más allá del mercado en busca de una mujer sabia, que ha criado a doce hijos y a veintinueve nietos, y conoce dragones y hombres.
La mujer sabia le dice a Aris que por cierto debe casarse con el dragón, pero que hay una determinada manera de acercarse a él.
Entonces, le da instrucciones para la noche de bodas. En especial, le ordena a la princesa que lleve diez hermosos vestidos, uno sobre otro.
Se realiza la boda. Hay una fiesta en el palacio, tras la cual, el dragón se lleva a la princesa al dormitorio. Cuando el dragón avanza hacia su novia, ella lo detiene, diciendo que debe quitarse con cuidado el traje de novia antes de ofrecerle su corazón. Y él también, agrega ella (siguiendo las indicaciones de la mujer sabia) debe quitarse su traje. A lo cual el dragón accede de buen grado.
“A cada capa de ropa que yo me quite, tú debes quitarte también una” Y la princesa se quita el primer vestido y observa al dragón que se quita su capa exterior de escamas. Aunque es doloroso, el dragón ya lo ha hecho antes, periódicamente. Pero entonces, la princesa se quita otro vestido, y en seguida otro. El dragón ve que cada vez debe arrancarse una capa más profunda de escamas. Con el quinto traje, el dragón comienza a derramar copiosas lágrimas de dolor. Pero la princesa continúa.
A cada capa sucesiva, la piel del dragón se vuelve más tierna y sus formas se suavizan. Se vuelve más y más ligero. Cuando la princesa se quita el décimo vestido, el dragón suelta el último vestigio de su forma de dragón y surge un hombre, un hermoso príncipe cuyos ojos brillan como los de un niño, liberado al fin del antiguo hechizo que lo había transformado en dragón. La princesa Aris y su nuevo esposo se entregan entonces a los placeres del lecho nupcial, para cumplir con el último consejo de la mujer sabia de los doce hijos y los veinticinco nietos.


Como en un sueño, todas las figuras del cuento pueden encontrarse dentro de nosotros. Encontramos al dragón con sus escamas y a la princesa, a la abuela sabia, al rey y a la reina irresponsables, al príncipe oculto y a lo desconocido que había lanzado un hechizo hace tiempo. Lo que el cuento revela desde el principio es que el sentido del viaje no es el de entrar en la luz. Las fuerzas de nuestra historia humana y de nuestro apego son tenaces y poderosas. El camino hacia la libertad interior requiere que las atravesemos.
Es doloroso arrancarse las escamas, y los dragones que vigilan el camino son feroces. Se necesita la inspiración de los ángeles; hace falta zambullirse en el mar de lágrimas.

20 comentarios:

SEISITO dijo...

Silvia, que bonita historia, y que confianza la de Aris,en esa sabia mujer, ojalá esa confianza en los demas nunca se perdiera, ella confió y gano y es muy cierto que todos esos personajes los encontramos en la vida diaria.
un afectuoso saludo.
Antonia

M@R dijo...

HOLA,,,
SALUDOS Y ABRAZOS,,,
SOÑAR ES GRATIS,,,
HAY QUE SOÑAR Y TRATAR DE QUE ESOS SUEÑOS SE HAGAN REALIDAD, SIEMPRE Y CUANDO SEAN PARA EL BIEN, PAZ, AMOR Y FELICIDAD,,,

Rogger dijo...

encantador cuento. Un dragón que termina convertido en príncipe.
Creo que cada ser humano tiene en el fondo un animal, simbólicamente hablando, claro.

Saludos. lindo el cuento que nos presentas:D

LOLI dijo...

Que bonito Silvia.el dragón tambien tiene su parte buena pues por Amor no le importa sufrir y arrancarse las pieles aunque le duele sigue hasta que se convierte en humano,no?Muchas gracias por esta leccion.UN BESAZO

Filomena Lonetti dijo...

Gracias por visitar mi blog y por seguirme amiga de luz que las estrellas iluminen a tu alma.Roxana Miriam González de la Ciudad de Rosario

Sendieva dijo...

Que bonito mami!! aunque hay casos que por mucho que se quiten..jajaja

Me gustó mucho, es como cuando digo que no hay que quedarse con lo exterior, lo que nuestros ojos ven, sino con lo que nuestro corazón siente cuando lo prestamos un mínimo momento.

Muchos besitos mi preciosa mami, espero que todo esté bien...

Solcito dijo...

Silvia!! Qué bonito relato... y con una muy cierta moraleja... hay que buscar en el interior...
Es cierto eso de zambullirse en un mar de lágrimas...

Espero estés muy bien.

Besotes!!

PD: te contesté en mi blog, pero por si acaso, sí, estudio Contador Público...

Melpómene dijo...

Pasando a saludar...

me encanto la historia...

Anónimo dijo...

Esa historia si que tiene "savoir faire",que manera de decirnos aquello de lo que uno tiene que desprenderse; que lo vanal y supérfluo no nos permite alcanzar la felicidad y disfrutarla.¡¡Bien por el relato !!.Besazo de A.Dulac

LOLI dijo...

Hola Silvia,a que es bonita la sensación de Amor que nos da nuestro PADRE?y ese Amor que nos llena lo tenemos para darselo a los demas y a nosotras mismas aunque tengo que recordarmelo eso de quererme,pero todos mis amigos que hecho por aqui me estais enseñando eso y mas cosas.un BESAZO

M. J. Verdú dijo...

Me encanto el cuento porque tal y como explicas puede aplicarse a nuestras realidades. Tu blog es una maravilloso lugar donde perderse. Feliz semana

Marysol Salval dijo...

Hermosa historia que nos deja una gran enseñanza. Querida Silvia, me llevas a reflexionar:
Conocer lo que somos es una ardua tarea. Implica conseguirnos con elementos que no
queremos abordar. Conocer los sentimientos asociados con la idea de nuestra libertad es
uno de esos encuentros, muchas veces no deseados. Pero, es de vital importancia conocer la
magnitud de libertad personal, porque ésta es base de la salud mental. La libertad personal
es una dimensión intelectual, ideológica y espiritual compleja, es un sentimiento avanzado,
que no existe en nuestro equipo psicológico al nacer.
Es una dimensión que debemos elaborar desde sus primeros cimientos, y cultivar a diario,
como acto de solidaridad con nosotros mismos. Bien lo señaló Mahatma Gandhi, cuando
afirmó que “no hay camino hacia la libertad, ya que la libertad es el camino...”
Te dejo un abrazo, y muchas gracias por compartir conmigo ese camino...

Sendieva dijo...

No dejaré que pases días sin que leas mi cariño, mi recuerdo, porque yo también lo necesito así. Seguirás leyendo mis palabras para eso siempre tendré tiempo...

Te quiero mucho mi mami preciosa, sigo estando ahí, no lo dudes nunca.

Acuarius dijo...

Todos somos un bello ser de luz cuando apartamos las capas que a menudo cubren nuestra realidad.

Silvia García dijo...

Gracias mis queridos amigos.
Gracias por sus aportes, por sus palabras tan sentidas, por dejarme esas experiencias de vida que tanto aportan a la mía.
Sus respuestas me llenan de paz, de alegría y de amor
Los abrazo de corazón.
Silvia

Virginia Giussani dijo...

Silvia, si algo tiene de estimulante tu espacio es que invita a reflexionar sobre temas tan profundos como la condición humana. ¡Vaya tema el de la libertad interna! Personalmente, creo que esa libertad no está desligada de la libertad externa. Creo que así como el camino no es una meta sino un andar, la libertad tampoco. Y digo que ambas libertades están intrínsicamente ligadas porque una se alimenta de la otra. No es sólo como yo me veo, también es como me ve el otro, porque es el otro el que en definitiva genera los estados de expectativa, deseo, frustración o felicidad y hemos crecido, frente a todos estos estados, más ligados al miedo que a la libertad. Quizás de lo que haya que liberarse profundamente es del miedo, entonces la libertad vendrá sola. Miedo a no ser querido. Miedo a no ser comprendido. Miedo a no ser admirado (en un mundo que busca el éxito falso permanentemente). Miedo a si soy linda, o fea, o chueca, o gorda… miedo. Los múltiples trajes tal vez no sean otra cosa que sacarse los múltiples miedos. Para qué? Para aprender a compartir la luz y no la sombra, porque la libertad también termina deshojándose si no se comparte, si no se espeja en el otro, si no crece junto al otro. Perdón si se me hizo muy largo, pero esto me disparó tu cuento.
Un abrazo

Mª Ángeles dijo...

Precioso cuento, es que siempre es muy importante mirar el interior; hay sorpresas interesantes.
Bonito blog, te invito al mío.
Saludos

luna dijo...

Querida Silvia, maravilloso cuento de hadas, donde se ve el amor tan grande del dragón y la sabiduria de esta história, y cómo tu bien dices es la vida misma de las personas de las experiencias vividas y sentimientos como se transforman al final de sus días.

besitos

luna

@ngelito dijo...

Una buena historia que hará reflexionar a cualquiera.
Está claro que cuando te desapegas de lo externo y te encuentras a tí mismo, valoras mucho mas aquello que realmente es importante, ese interior que viene camuflado por culpa de la mente egotista.

Un abrazo Silvia

Anónimo dijo...

hola silvia estoy un poco confundida con respecto a mi vocacion... en mi vida pasaban cosa extrañas y tenia pensamientos que me indicaban cosas... pero nunca les preste atencion y eso que pensaba sucedia y fui a una iglesia para que me liberan de eso ahora de nuevo pasan cosas...