24 abr 2008

Mi angel de la guarda


CAHETEL : he recibido de tí, Señor, infinitos dones.

Mis labios expresan con facilidad el mundo que Tú has creado

y mis manos moldean en graciosas formas Tu materia primordial.

Me has permitido triunfar, ¡Oh CAHETEL!:

has situado alrededor de mi una cohorte de aduladores;

has puesto entre Tú y yo vallas, cercos, jardines, tierras, propiedades,

obstáculos que me alejan de tu divina presencia.

Pero me has puesto también, Señor CAHETEL,

el ardor por superarlos.

Permite, Señor, que ese ardor sea lo más fuerte,

lo más intenso que haya en mí,

para que pueda, gracias a él,

saltar las vallas,

burlar los cercos,

arrancarme de la belleza de los jardines y tierras,

vencer las adulaciones, los triunfos, la fama

y correr hacia tu fuente de vida.

Libérame, Señor, de la vanidad,

y yo me liberaré de las servidumbres de la abundancia.






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